😀 JEREMIAS 9 – #RPSP
Que terrible la vanagloria. Que terrible la autocomplacencia. Que elementos más inútiles y dañinos para el combate en el que estamos. Huyamos de ellas cual peste; y pidamos a Dios para que no nos permita caer a sus pies” Que Dios te bendiga. Pr. Gavilanes
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¿De qué te enorgulleces?
Enaltecerse a uno mismo implica elogiar y destacar lo que se posee o se es. Jeremías 9:23-24 subraya la importancia de la verdadera razón detrás de nuestras acciones: «Así dice Jehová: No se gloríe el sabio en su sabiduría, ni se gloríe el fuerte en su fortaleza, ni el rico se gloríe en su riqueza. Sí, alábese quien se gloríe en esto: en entenderme y conocerme, que yo soy Jehová, que hago misericordia, juicio y justicia en la tierra; porque en estas cosas me complazco, dice Jehová» (RVR1960).
Es natural anhelar sabiduría, valentía o riquezas a lo largo de la vida, invirtiendo tiempo, esfuerzo y empeño en su consecución. Sin embargo, según este pasaje, todo ese esfuerzo debería dirigirse hacia el conocimiento de Dios, y el resto seguirá.
La pregunta crucial es: ¿Cuánto conoces y comprendes a Dios, no superficialmente, sino en intimidad? Así como las personas cercanas nos conocen en profundidad, lo mismo ocurre con nuestro Dios. La relación estrecha con Él permite dirigir nuestra vida según sus enseñanzas.
Un predicador comentó sobre estos versículos: «…no dice que el hombre se gloríe al sentir a Dios, ni que se gloríe al saber que hay un Dios…dice que el hombre se gloríe al entenderlo y conocerlo. Ambas palabras están en la esfera de lo intelectual. Creer, entender, conocer, tener fe, todo se relaciona con nuestras mentes. Dios se revela a nuestras mentes, a nuestro entendimiento.»
La lección es clara: hay mucho que aprender sobre Dios, y Él anhela que lo conozcamos y comprendamos. En medio de las situaciones difíciles, permítele revelarse con su poder y gloria. Así podrás afirmar: ¡Conozco al Dios Todopoderoso!
Que este día no termine sin que hayas experimentado el amor y el poder de tu Padre Celestial. «Pero el que se gloría, gloríese en el Señor» (2 Corintios 10:17, RVR1960). ¡Enorgullécete de tu firme relación con Dios!